martes, 17 de febrero de 2015

La importancia de pasarlo bien



Uno de los puntos en común que encontramos en consulta cuando se trata de casos de ansiedad o depresión es el descuido o abandono del ocio personal. Como es comprensible, la persona se encuentra en una situación dolorosa y no tiene el estado de ánimo adecuado para poder mantener sus aficiones o intereses de tiempo libre. El sentimiento de desilusión mata toda iniciativa. Resulta curioso que siempre suele ser el primer pilar que tiramos cuando nos encontramos mal anímicamente. Incluso parece que nos llegamos a sentir culpables si continuamos con nuestras aficiones.

Si lo pensamos bien, se trata de una completa contradicción. Si nuestras aficiones nos hacen sentir bien, ¿por qué dejamos de hacerlas? ¿No sería buena idea usar aquello que nos trae felicidad para combatir esa pena o angustia que nos domina? Ante esta situación, muchos pacientes nos comentan que “no tienen ganas” o les “cuesta arrancar”. A veces las ganas hay que fabricarlas, nada empieza si no se empieza. Lo mejor que tiene cualquier afición es que no es una obligación, yo la empiezo y la termino cuando YO QUIERO.

Nuestro consejo siempre es hazlo. Si ves que te cuesta, que no logra el propósito de distraerte o hacerte sentir mejor puedes dejarlo cuando quieras. Pero nunca dejes de comenzarlo de nuevo cada vez que tengas un rato. No te rindas, seguro que finalmente recuperas ese disfrute.

Y si no tienes aficiones, busca. Siempre son una buena idea. Párate un rato a pensar qué cosas te gustan o simplemente te llaman la atención y bucea en ellas. Recopila información y elige. Y no tienen porqué ser cosas muy espectaculares, movidas o arriesgadas.  Cualquier cosa, por sencilla que parezca, si nos distrae y nos llena nos sirve. El coleccionismo, las manualidades… no hace falta tampoco grandes presupuestos.

Así que, ¡pásatelo bien!


Constanza Reyero
Psicóloga clínica, Experta en Salud Sexual y Terapeuta de Conducta de CIPSA

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